Escuché por primera vez a Tony Rham en un momento vital de desesperanza, incertidumbre, miedos y cierta pérdida de identidad. Sabía que tenía que dar un giro, retomar mi rumbo, pero me faltaba la energía, me faltaba esa visión que te centra en tu objetivo y clarifica los medios para llegar a conseguirlo.
Y llegó la ayuda del universo, un regalo: Escuché la meditación del desierto de Tony, y marcó un antes y un después, fue reveladora, la señal, la vibración, la energía que necesitaba.
Seguí a Tony hasta llegar a Espacio Mindfulness. Desde la primera vez que le escuché, Tony es el canal por el que a través de sus meditaciones y reuniones mensuales, llegan a mí las lecciones que están consiguiendo que hoy sea la observadora, fluyó con las circunstancias y sé que no soy mis pensamientos. Soy mucho más que aún está por llegar.
Gracias Tony por enseñarme a ser y estar.