Meditación Guiada La Observación Universal

Y si has llegado hasta aquí, no me cabe duda de que el desarrollo humano, el humanismo, forma parte importante de tu vida, de alguna manera o de otra. Y eso me alegra. Y por ello, antes de la meditación, te voy a pedir que, por favor, apoyes este podcast de alguna manera, con un comentario, compartiéndolo, con algún amigo en algún grupo, haciéndolo llegar un poquito más lejos. Todo lo que hagas a favor del desarrollo humano, a favor de un trabajo como este, te lo agradezco mucho. Y nos adentramos en la meditación de esta semana. Te invito a que dejes por unos minutos todo l que estés haciendo. En primer lugar, te sientas o te tumbas con la espalda erguida. Hombros hacia atrás, el pecho proyectado hacia adelante, el mentón recogido, la boca bien cerrada e inspiras profundamente por la nariz. A continuación exhalas por la boca lo más largo que puedas y realizas esta respiración tres veces. Después tan solo tienes que respirar. No abras la boca. Deja la boca bien cerrada a partir de ahora, solo respira por la nariz, profundamente, movilizando articulaciones como las de las costillas, moviendo músculos como los del diafragma. Y respiras profundo, muy profundamente. Cerrando los ojos y permaneciendo a cada exhalación cada vez más ecuánime, más tranquilo, desde ese lugar, desde tu interior. Siente, percibe cómo late tu corazón. Latido a latido, esa energía se va expandiendo por tu pecho, cuando llega a las fronteras de tu pecho, ese latido se expande y rodea todo tu cuerpo. Imagina que estás sentado en meditación, en mitad de una noche clara y despejada, en algún claro de bosque, rodeado de árboles a cierta distancia de ti, el claro se abre a un increíble cielo estrellado, repleto de estrellas y galaxias.

Observa con calma ese cielo, observa cada estrella, cada galaxia. Incontables millones. ¿Cuántas civilizaciones? ¿Cuántos seres habrá allí?

Toma consciencia de un universo vivo, que a través del espacio-tiempo se manifiesta y se llena de vida.

La vida que tú sientes recorriendo tu interior. Puedes percibir en tu interior como la luz de esas estrellas y galaxias recorre cada vena, cada átomo, en cada latido.

Es un recuerdo de este momento, del presente.

Y conectado profundamente a este momento. Conectas con la eternidad.

La presencia de todos los tiempos, de todas las eras del universo. Aquí tu mente no tiene nada que hacer. Tan solo ríndete. Ríndete y expande tu ser. A todos los espacios, a todos los tiempos.

Percibe que no tienes límites.

Percibe que te expandes hasta el infinito. En todos los espacios, en todos los tiempos.

Solo estás tú. No hay separación.

No hay un yo desde esta posición. Al observar nuestra vida.

Cualquier conflicto, cualquier problema, se hace tan pequeño, tan insignificante que Gente que tenemos que verlo con mucha compasión y amor.

Compasión y amor por quién somos allí abajo.

Aceptación y entendimiento hacen que puedas entender el porqué de cada suceso.

Sin separaciones.

Desde lo alto observa al ser humano que eres en este momento, en tu proceso y desde esa gran visión.

Te sientes atraído como por una especie de magnetismo de nuevo al sueño de tu vida, al sueño del personaje sobre ti.

Y te sientes arrastrado y desciendes hacia esa máscara que te toca. Llévate de este lugar el recuerdo de unidad, de expansión y de visión. Y desciende. Baja. Vuelve a la meditación. Sintiéndote ya aquí y ahora. Introducido en este cuerpo, en este tiempo, en este momento.

Enciende cada una de tus células. Con la luz de la contemplación, con esa luz que has visto cuando te has expandido.

Y permite que este momento siga conectado siempre a la presencia y más allá a la eternidad presente.

Y ahora regresa al estado de consciencia habitual.

Ven. Ese estado es, sin duda, como estar en casa. Cuando uno aterriza en un estado de expansión del ser humano, desaparecen los problemas, desaparecen los enfrentamientos, se observan de otra manera, de una manera sistémica e integral, en la que se entienda bien los motivos de nuestros conflicto y de nuestras responsabilidades para con ellos. Cada uno, por supuesto, tiene las suyas. Y no podemos obligar a nadie a que se responsable de sus actos y de sus pensamientos. Tenemos simplemente que ser responsables nosotros de cómo gestionamos nuestra nuestro paso por este mundo. Te invito, después de una meditación tan expansiva como esta a que reflexiones si tu vida tiene sentido vivida en secciones. Es decir, ¿somos seres humanos diferentes, mejores o peores en nuestra vida personal, familiar, en el trabajo? ¿Esto es así? Si estás en un camino de autoconocimiento lo dudo mucho. En ese camino humanista de autoconocimiento, de reflexión, donde meditas, donde realizas la autoindagación, la introspección interior en atención plena, eso es el mindfulness, descubres que en realidad eres el mismo ser humano en un trabajo, en otro, en tu casa, con tus amigos, con tu familia y contigo. Y lo sabes. Por lo tanto, hay que prestar l misma atención a ese ser humano en un ámbito o en otro y es igual de importante. Así que en un programa como este, donde reflexionamos un poco sobre el trabajo y el desarrollo personal y el mindfulness o la meditación en este entorno, mi consejo final, muy subjetivo por supuesto, es que no permanezcas mucho en entornos. Sea cual sean estos entornos, si es el trabajo, es el trabajo, no permanezcas mucho tiempo en entornos donde el desarrollo humanista, humano, donde la atención consciente, donde e ser humano no sea el protagonista. Donde no s preocupe uno por ese ser, por lo único real y esté en otras cosas que aparentemente o que en apariencia son más importantes. Dejo ahí mi última reflexión. Recuerda compartir este programa, comentarlo. Cuantos más seamos, más perdurará este espacio. No me cabe duda. Un abrazo muy grande.

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