Transcripción de “Meditación y reflexión ¿Para qué me sirve meditar?”
Miramos al horizonte, lejos en un atardecer cualquiera en el mar, seguro que has visualizado un momento que has vivido, en ese momento no hace falta preguntarse para qué sirve meditar.
Estás meditando sin darte cuenta, sin ponerle nombre.
Al final, para qué sirve algo que ya tienes?
Fijaros, meditar, otra de las acepciones que podemos usar, es para quitar todo lo superfluo, todo lo que no sirve, accesorio, porque en el fondo, el estado meditativo ya es nuestro, no hay nada que buscar, no hay nada que conseguir, no hay nada que conquistar, qué relajación se produce en nuestro interior al saber que lo único que tenemos que hacer es expulsarnos, porque la meditación ya es, ya está ahí, y siempre lo ha estado, porque es naturaleza del ser, y somos en todo momento, no hay duda, por lo tanto, no hay nada que conquistar o que aprender, porque ya somos, lo único que se puede hacer es si es seguir profundizando en ese estado, es ahí donde empiezo un camino muy bonito y muy interesante sobre la meditación, pero para qué sirve meditar, ya tenemos otra acepción, para espolsarnos de todo lo que no sirve, y se queda ese amanecer en el horizonte, allí está.
En la meditación de esta semana vamos a trabajar el centro de lo que significa meditar, atención plena, estar aquí y ahora, para qué nos sirve meditar, tiene que tener algún sentido lo que hacemos no.
¿Por qué hago esto? ¿Qué me lo provoca? ¿Qué hace que yo esté practicando meditación?
Pues tenemos que llegar al núcleo de estas respuestas para que la meditación fructifique en tu interior. Si no, podríamos estar toda la vida realizando prácticas meditativas o leyendo libros sobre meditación desarrollo personal. Y no cambiar en absoluto. Tan solo acumular información en nuestro interior
Y eso no es lo que quiero para ti, no, si empezamos el camino de la meditación, tenemos que llegar hasta las últimas consecuencias, tenemos que escuchar el último mensaje que tiene para nosotros.
Nos preparamos para la meditación. Adopta una posición corporal adecuada, que tu columna esté recta que tus hombros estén relajados hacia atrás, que tu mentón esté ligeramente recogido, puedes estar tumbado, sentado, lo que prefieras.
Mientras cierras los ojos, inspira por la nariz profundamente, realiza esta respiración en tres ocasiones.
Ya con los ojos cerrados, respira de forma natural por la nariz, nada más. Presta atención. una mi guía enciende tu imaginación y obsérvate en un camino de tierra caminando. A lo lejos, al final de aquel camino, observas una torre, una torre que recuerda a una antigua torre china de aquella región, de alguna remota región de oriente.
Conforme te vas acercando a esa torre, vas observando sus detalles, sus colores, las formas, un dragón tallado en madera, la recorre de arriba a abajo, sus colores. Son llamativos, se ven desde lejos. Acércate más, paso a paso.
Llegas a los pies de esa gran torre, te detienes enfrente de su puerta, una vieja puerta de madera, decorada con todo tipo de detalles y colores. Acércate y llama. Llama a esa puerta. La gran puerta se abre ante ti, en el interior, un palacio se asoma, nada más entrar una gran sala te recibe de techos altos.
Decorada, brillante, con un suelo perfecto, adelante, pasa.
En el lateral derecho de la gran sala hay una escalera de caracol que en espiral sube y desaparece de la sala, acércate a esa escalera empieza a ascender por ella, no se ve el final, sube, es la escalera que lleva la parte más alta de la torre que has visto.
Asciendes por una escalera que por momento se hace más estrecha, en ningún momento tienes problemas para subir. Pero el espacio se va reduciendo cada vez más y por ciertas ventanillas ocasionales puedes ver que estás ascendiendo, sigue subiendo, ya queda poco.
Estás a punto de llegar la parte más alta de la torre, cuando sales, una pequeña sala te recibe, al fondo, una estatua de Buda sentado en calma, apacible, en absoluto silencio. Acércate a esa estatua, obsérvala.
Has llegado hasta este punto del camino, a estas, hasta esta sala de meditación, para hacerle una pregunta a una parte sagrada de ti que representa ese Buda. ¿Para qué te sirve a ti la meditación? Cuando cuente tres, observarás que del pecho del Buda nace un cofre, uno, dos y tres.
Toma el cofre con tus manos. Observa cómo es ese cofre, sus detalles, cuando cuente tres, abrirás el cofre y encontrarás en él el mensaje la respuesta, un mensaje que te llevará a entender para qué te sirve a ti la meditación. Atención, uno, dos y tres.
El mensaje es solo tuyo, solo tú sabes, guarda de nuevo ese cofre del lugar del que salió, tiene que volver. El mensaje es solo tuyo. Cierra el cofre y devuélvelo al pecho de Buda.
No te olvides de dar las gracias por la respuesta. Una vez lo has introducido ya en su pecho, puedes regresar, de nuevo bajar las escaleras, esta vez de una forma diferente, tomando consciencia de para qué estás aquí, del por qué de estas prácticas, lecturas, encuentros. Que todo adquiera un sentido te hace más fuerte, hace que tu camino sea un camino más consciente.
Desciende, desciende la gran sala y sal por las puertas por las que entraste para volver por el camino que te llevó hasta allí. Y mientras caminas observas cómo te disuelves para de forma natural regresar de esta meditación, eso sí, con una respuesta firme de para qué estás aquí y ahora realizando este trabajo en tu interior, regresa.
Para qué sirve meditar? Hemos investigado diferentes formas de verlo, diferentes respuestas a la misma pregunta.
En mi caso personal, meditar es un encontrarme conmigo mismo, es un darme cuenta de siempre, constante, presente, eso hace que cada día sea un poquito más yo, cada vez me doy cuenta de más cosas, soy más consciente, observo mis emociones y mis pensamientos y los consigo gestionar de una forma que hace muchos años no hubiera ni imaginado, eso es lo que para mí es meditar y para lo que sirve, más allá de técnicas, meditar es algo que hace que uno sea más el mismo, se conozca mejor, esté en este momento presente, sobre todo esto último, meditar es la única forma que conozco, la mejor, por lo menos, para estar aquí y ahora, para volver a este momento, la atención plena del momento presente, que es lo único que tenemos, lo único que tiene un ser humano es este momento, y la meditación nos enseña esto, así que es verdad que cada uno tiene su respuesta la pregunta para qué sirve meditar, está bien que cada uno tenga su propia respuesta y que vayamos encontrándonos en el camino y coincidiendo así vamos nutriéndonos todos de este universo que al final se está conociendo también a él mismo, eso sí, no caigamos en los errores de pensar que unos pocos tienen el conocimiento absoluto de lo que es la meditación, o que solo unas técnicas de meditación son meditación nada más, evitemos los personalismos, evitemos pensar que solo una línea o una filosofía tiene la verdad absoluta de la meditación, nos fiemos solo de una persona, seamos nosotros los que por propia consciencia encontremos las respuestas, después nos podemos apoyar en personas, libros, textos o filosofías, podemos aprender de todo, de todas las experiencias que vivimos en nuestra vida, pero no olvidemos jamás que practicar la meditación, que aprender meditación es vivir en la experiencia meditativa, tenemos que experienciar, tenemos que vivir el proceso, no vale con verlo, no vale con leerlo, con escucharlo, no, tenemos que vivirlo, es ahí donde te invito a que estés, a que lo vivas, a que lo experimentes en cada cosa que hagas.
Muchas gracias por estar aquí.
Un abrazo y hasta la próxima
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